Lo primero que hay que decir a la hora de explicar cualquier tipo de juego, sea de casino o cualquier otro tipo de actividad recreativa, es cuál es el objetivo general del mismo. En el caso del Blackjack, la meta de los jugadores es alcanzar la suma de 21, o acercarse lo más que puedan si no logran llegar a esa cifra, sin superarla. Se obtendrá un Blackjack al lograr 21 con solamente dos naipes.
El blackjack, también llamado veintiuno, es un juego de cartas propio de los casinos, con una o más barajas inglesas de 52 cartas sin los comodines.
La forma en la que se juega es, primero, recibiendo dos cartas. Luego hay que tener en cuenta distintas alternativas como qué valor recibió el crupier, por ejemplo, y en ese momento tomar la decisión de realizar su jugada. Puede plantarse con el valor conseguido en esa mano si así lo considera oportuno o seguir pidiendo cartas hasta estar satisfecho con la cifra obtenida.
Cuando nos referimos a acercarse hay que tomar en cuenta también que, en el desarrollo de una partida, si el usuario se pasa de 21, automáticamente pierde su apuesta inicial. Ahí es cuando surge uno de los componentes más comunes en este tipo de juegos como lo es la especulación. Pero, ¿por qué otros motivos un jugador no intentaría llegar a 21?
A partir de esta pregunta emerge otra de las cuestiones fundamentales a la hora de desarrollar una reseña sobre cualquier tipo de enfrentamiento. Esto es, determinar contra quién se va a estar compitiendo. El oponente en el Blackjack no son los otros jugadores, como sucede por ejemplo en el Póker. Allí el crupier es simplemente el encargado de repartir las cartas y controlar las apuestas. En el caso del Blackjack, es el propio crupier a quien los usuarios tendrán como rival a vencer.
Sin embargo, de alguna forma es simplemente un representante del casino o de la banca: el crupier no tiene poder de decisión, sino que tiene que cumplir una regla preestablecida, a partir de la cual los jugadores también basan su juego.
¿Cuales son esas reglas que el crupier debe seguir para plantarse o seguir recibiendo cartas? Si la suma de sus naipes es 16 o menos, debe seguir recibiendo hasta superar esta cifra. Si sobrepasa los 21, pierde y el jugador gana esa partida. Por otra parte, hay que mencionar que en caso de que haya acumulado 17 o más, por regla, se va a plantar. Es decir que, si todos los usuarios llegan a 18, por ejemplo, y él alcanzó los 17, no buscará batir ese número, sino que dejará ahí esa mano.
Hay otra posibilidad para el que jugador amplíe sus posibilidades de ganar arriesgando un pocoa través del llamado split. Esta es una acción permitida cuando el usuario recibe dos cartas de igual valor. Tal como lo indica la traducción se trata de poder dividir la jugada. Si tiene dos naipes que cumplen ese requisito, tendrá la oportunidad de separar su mano en dos, renovando la apuesta inicial.
Tipos de juegos de Blackjack
Clásico o americano
La primera cuestión importante a explicar sobre las apuestas es la forma de cobrarlas. En caso de que el jugador venza al crupier en una jugada en la que no se logre un Blackjack, el dinero se gana en relación 1 a 1, es decir, gana lo mismo que apuesta. Por ejemplo, si un usuario apostó 100, en caso de derrotar a la banca obtendrá 200, recuperando su inversión inicial y recibiendo otros 100.
Si el jugador gana la partida consiguiendo un Blackjack (sumando 21 con solamente dos cartas), la relación de pago será de 3 a 2. Esto significa que recibirá 1,5 veces su apuesta inicial. Por ejemplo, apostando 100 recibe 250, el valor inicial de la apuesta más 150 de ganancia.
En caso de que empaten el jugador y el crupier, el usuario simplemente recuperará su apuesta inicial. También es importante destacar que alcanzar 21 con más de dos cartas no se considera Blackjack y pierde ante un Blackjack real, a pesar de que ambos hayan sumado 21.
Otra situación en la que se puede apostar es en lo que se llama seguro. El crupier le da dos cartas descubiertas a cada jugador y dos a sí mismo, una que se puede ver y la otra tapada. La partida continúa normalmente a menos que la que esté boca arriba sea un As.
En ese caso, los usuarios tienen la posibilidad de invertir en un seguro que paga 2 a 1, en el que apuestan si creen que el crupier logrará Blackjack. Luego de ese momento el repartidor verifica si la carta tapada completa esa jugada. Si es un 10 o una de las figuras, termina la partida y paga los seguros.
Spanish 21
Dentro de las variantes que existen en el Blackjack, Spanish 21 es una de las más populares. Si bien el objetivo del juego sigue siendo alcanzar la cifra de 21, o acercarse a ese número tanto como sea posible, y el rival también es el crupier, hay algunas diferencias importantes que son fundamentales al momento de elegir esta modalidad, y afectan directamente la forma de llevar a cabo una partida.
La más fácil de identificar es que aquí no se utiliza la carta numérica 10. Es decir, cada baraja incluída tendrá 48 naipes, el As, las cifras 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9, a los que se agregan las J, Q y K. Así es que probabilísticamente hay menos chances de conseguir Blackjack.
Una variante que beneficia enormemente a los apostadores con respecto al Clásico o americano, es que si se logra un Blackjack el jugador siempre gana. El pago es en relación 3 a 2 y, a diferencia del tradicional, no importa si el crupier también obtiene esa mano. El hecho de que el empate no perjudique a los jugadores es una gran ventaja a la hora de arriesgar en una partida.
El otro gran beneficio es la existencia de una jugada llamada rendición. Esta es una posibilidad que tiene cada jugador antes de pedir o plantarse. Si por ejemplo la banca tiene una carta con valor 10 y el usuario tiene una combinación de 16, puede elegir rendirse y solamente perderá la mitad de su apuesta inicial.
Blackjack Europeo
La diferencia principal con el blackjack clásico es la forma en que se reparten las cartas. No sólo por cuestión de procedimientos, sino que es una característica distintiva que afecta directamente la manera de jugar. Recordemos que en el Clásico o americano el crupier reparte dos cartas a los jugadores y dos a sí mismo, una tapada y otra visible en su caso, y si la carta destapada es una de valor 10 o un As, verifica si tiene o no Blackjack.
En el caso del Blackjack Europeo, el crupier también le da dos naipes a cada jugador presente, pero sólo una a sí mismo. Por esto se vuelve más arriesgado apostar para los jugadores. Dependiendo cual fuera esa carta, podría tener más chances de conseguir Blackjack, aunque los jugadores no lo sabrían hasta después de terminar sus partidas y entonces se corre mayor riesgo.
En esta modalidad también existe la opción del seguro cuando la carta que recibe el crupier es un As. Se procede igual que en el americano, dándole la oportunidad a los jugadores para que apuesten si el repartidor va a conseguir Blackjack o no. El valor máximo de seguro es la mitad de la apuesta inicial. Es decir que, si un usuario arriesgó 100, el límite para el seguro será de 50. Esta jugada se paga en una relación de 2 a 1.
Atlantic City Blackjack
Esta modalidad es prácticamente idéntica al Blackjack clásico o americano. El rival de los jugadores continúa siendo el crupier, quien reparte dos cartas a cada apostador y dos a sí mismo. Uno de esos naipes está tapado y, tal como sucede en otras variantes, el repartidor verifica si tiene Blackjack antes de comenzar la partida cuando tenga una carta de valor 10 o un As. También existe el seguro en el que los jugadores pueden arriesgar si el crupier obtendrá Blackjack o no y el pago es 2 a 1.
Las barajas utilizadas son ocho en total y los naipes incluidos son los mismos. Es decir que cada mazo tendrá 52 cartas, estando conformado por As, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, J, Q y K de picas, tréboles, corazones y diamantes. Se vuelve determinante el As, que mantiene la posibilidad de valer 1 u 11, una elección que se reserva el jugador según lo crea conveniente en ese momento.
Los jugadores tienen la posibilidad de dividir su mano en hasta tres ocasiones si así lo desean. En caso de recibir dos Ases también podrán realizar el split, pero solo una vez. Cuando ocurre esto, el crupier le reparte únicamente una carta a cada As y finaliza el turno. El Atlantic City Blackjack es otra de las modalidades que incluyen la posibilidad de rendición.
Vegas Strip Blackjack
La forma de jugar en la variante Vegas Strip es muy parecida al Blackjack tradicional o americano. Los jugadores hacen su apuesta antes de recibir cartas. Luego de esto, el crupier procede a repartir una a cada uno de los presentes y una a sí mismo, todas descubiertas. El paso siguiente es dar un segundo naipe a cada usuario y al propio representante de la banca, aunque este será oculto para el resto.
Si el repartidor tiene una carta de valor 10, comprobará si la que está tapada es un As, en cuyo caso se da por finalizada la partida. Ahí todos los jugadores perderán salvo aquellos que también tengan Blackjack, pero solamente recuperarán su apuesta inicial, sin obtener el pago de 3 a 2 habitual.
Se juega con cuatro barajas de 52 cartas cada una, tal como el tradicional. El Vegas Strip Blackjack también permite el seguro, el split y doblar la apuesta. Esta última jugada implica que el jugador tiene la posibilidad de duplicar su inversión inicial una vez que reciba sus dos cartas. Cuando lo crea conveniente podrá incluso realizar esta acción tras realizar dividir sus naipes en dos manos diferentes.
Progressive Blackjack
Este tipo de blackjack no es una variación del Clásico o americano, como los anteriores. Las reglas y el objetivo del juego siguen siendo los mismos. Los jugadores deberán vencer al crupier y no competirán contra los otros apostadores. Todos recibirán dos cartas, con el repartidor teniendo una destapada y otra boca abajo.
Lo que ofrece el Progressive Blackjack como novedad es la posibilidad de ganar sumas de dinero mucho más grandes que las habituales sin cambiar la forma de jugar ni las ventajas de la casa. La característica distintiva se conoce como side bet. Esto significa colocar una apuesta aparte que no afectará el pago de la jugada propiamente dicha. Es decir que las proporciones seguirán siendo 3 a 2 cuando se logre un Blackjack, 2 a 1 en el caso de los seguros y 1 a 1 si se gana con cualquier otra mano.
Al hacer esta apuesta paralela se va acumulando un gran pozo, que solamente podrán ganar aquellos que realicen side bet. Muchos ven a esta modalidad como muy llamativa ya que con arriesgar una pequeña suma se participa por una gran ganancia.
Los jugadores ganarán este acumulado dependiendo de reglas impuestas por el organizador. Uno de los casos puede ser obteniendo una determinada cantidad de Ases o incluso algunos ofrecen una combinación ganadora que sólo contenga sietes.
Las mejores estrategias de Blackjack
Obviamente no hay ninguna estrategia que funcione con un 100% de efectividad, porque en ese caso todos jugarían así y los casinos quitarían el Blackjack de sus opciones. Sin embargo, podemos brindar algunos consejos básicos que harán que tengas más chances de ganar.
Uno de ellos es tener siempre en cuenta la carta destapada que tiene el crupier y saber cuáles son sus posibles manos finales. Hay muchas posibilidades de que la carta que está boca abajo valga diez, ya que no sólo la carta con ese número suma esa cantidad, sino que hay tres naipes como la J, la Q y la K que también tienen ese valor. Por eso debe pensar antes de hacer una jugada que por cada mazo que utilice la banca hay 16 figuras que dan ese puntaje.
Dentro de las estrategias posibles está el split. Esto significa dividir las cartas en dos manos distintas, algo permitido solo cuando las cartas son iguales. Hay una situación en la que siempre es conveniente separar los naipes y es si se reciben dos Ases. Para poder hacerlo deberás duplicar tu apuesta inicial, pero las posibilidades de obtener un gran resultado son muchas. Aunque sólo podrás pedir una carta más y además si consigues un 21 no se considerará Blackjack, por lo que la casa no pagará la habitual proporción de 3:2.
En relación al split, los expertos también recomiendan no utilizarlo si se tienen dos cartas con valor de diez. La explicación es obvia, pero vale la pena aclararlo: manteniendo la suma de veinte el crupier tiene una sola opción de vencerte. Si en cambio los divides, corres el riesgo de recibir números bajos y perder la chance de ganar.
Historia del blackjack
En sus comienzos el Blackjack no era tal como se lo conoce hoy en día. Los orígenes incluso indican que fue modificándose con el tiempo, no sólo en sus reglas sino también en su nombre. Hay diferentes versiones sobre los juegos en los que se basó al ser inventado, pero la más popular cuenta que inició como una actividad llamada veintiuno y el lugar de origen fue Francia.
Creado bajo la denominación Vingt-et-Un, llegó a Estados Unidos a través de un grupo de inmigrantes. Más específicamente a Nueva Orleans alrededor del siglo XIX. Allí fue donde ganó popularidad en los casinos y a partir de ahí comenzó a mutar.
Las casas de juego buscaron seguir atrayendo clientes por lo que crearon una variante a las reglas. Cuando un jugador obtuviera 21 con el As de picas y una jota negra, de picas o tréboles, recibiría su apuesta con una proporción de 10 a 1. De ahí surge su nombre actual, Blackjack, dos palabras que traducidas al castellano significan “jota negra”.
A mediados del siglo XX, un grupo de cuatro personas denominado “Los cuatro jinetes de Aberdeen” compuesto por Roger Baldwin, Wilbert Cantey, Herbert Maisel y James McDermott teorizó sobre diferentes formas de ganar, o de incrementar las posibilidades de lograrlo, siguiendo ciertos lineamientos. Pocos años después un profesor de matemática llamado Edward O. Thorp tomó aquello como referencia y escribió el libro “Beat the dealer” (vence al crupier). En esa edición desarrolló el sistema de conteo de cartas denominado “Ten count”.
La publicación del libro hizo que muchos intenten esta etrategia y los casinos entraron en pánico, modificando algunas reglas. La gente mostró su enojo por esto y dejó de masivamente, por lo que hubo que volver atrás algunas de ellas. La gran novedad que quedó implementada fue pasar de utilizar un solo mazo de cartas a usar cuatro.