Antes de explicar con detalle en qué consiste el Bacará, contra quién se juega y cuál es el objetivo, hay que aclarar que se juega con la clásica baraja francesa utilizada en los juegos de casino más comunes. No es un solo mazo el que está a disposición, sino que varía de acuerdo con las normas de cada establecimiento. Esto hace que sea muy difícil realizar un conteo de cartas para los jugadores.
El objetivo del juego es sumar nueve puntos o acercarse lo más posible a ese puntaje a través de la combinación de dos o tres cartas. El As tiene un valor de uno, y el diez, el jack, la reina y el rey no añaden nada al contar como si fueran ceros. Del total acumulado entre los naipes sólo se contabilizan las unidades para determinar la puntuación, y no las decenas. Esto quiere decir, por ejemplo, que cuando alguien obtiene un acumulado de 15, su mano tiene un valor de cinco puntos.
El rival no es otro jugador, sino que se compite contra el crupier. Aunque más precisamente, el representante del casino es otro participante del juego. Ocupa el lugar como una especie de partenaire, ya que también recibe cartas, pero no siempre debe ser derrotado. Esto es consecuencia de la modalidad de apuestas que tiene el Baccarat.
En este juego se puede apostar en favor de uno mismo o de la banca. El pago es con una relación 1 a 1 en los casos en los que se arriesga en favor del jugador y éste vence al casino. El participante recibe entonces como ganancia la misma cantidad que apostó inicialmente.
Al ser mucho menos probable una victoria de la banca, el casino se reserva un leve derecho: una comisión del 5% en las situaciones en las que un usuario coloca dinero en favor del casino y que éste derrota al jugador. El pago en ese tipo de apuestas es con una relación de 19 a 20. Por ejemplo, al apostar 1, el jugador recibe 1,95. Uno corresponderá a lo arriesgado originalmente y 0,95 a la ganancia neta. Existe la posibilidad del empate, que al ser todavía menos probable tiene una compensación mayor, de 8 a 1.
En una partida de este juego, tanto los participantes como el crupier reciben dos cartas. Si al menos uno de los involucrados combina en su mano los valores ocho o nueve, esa jugada finaliza. Esto se llama natural y quien lo obtiene vence automáticamente. Si ambos consiguen uno de esos números, gana el valor más alto y empatan si las cifras coinciden.
El Baccarat también puede recibir el nombre de Punto y Banca en muchos casinos del mundo, lo cual ocurre, por ejemplo, en Argentina. Uno de los lugares donde se puede apostar en este juego es el Casino Buenos Aires. Este monumental emprendimiento está ubicado en la zona de Puerto Madero. Es conocido también como el casino flotante, ya que se encuentra construido sobre dos embarcaciones.
Fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, existe otro establecimiento de envergadura semejante. Nos referimos al Trilenium Casino, ubicado en Tigre. En él se ofrece la posibilidad de jugar en una gran variedad de mesas diferentes. El Punto y Banca se encuentra dentro de su oferta de entretenimientos.
Tipos de juegos de Bacará
Hay dos modalidades que tienen diferencias muy pequeñas con respecto al tradicional Baccarat. Estos son las variantes EZ y Super 6, que en general mantienen las reglas originales del juego.
En la versión conocida como EZ, encontramos que una de las variaciones es en favor de los jugadores. El procedimiento de las partidas no cambia, sin embargo aparece una variante en cuanto al resultado, cuando se gana una apuesta a favor de la banca. En este escenario, la proporción de pago es realmente 1:1 porque no existe la comisión del 5%.
Agrega además dos apuestas diferentes a las conocidas por jugador, banca o empate, que pagan excelentes proporciones si se logran. Una de esas se denomina Dragón 7. En este caso el retorno es 40 a 1 y solamente corresponde cuando la banca acumula siete puntos con tres cartas repartidas. La otra es el Panda 8, que tiene una devolución de 25 a 1 y ocurre cuando el jugador suma ocho puntos luego de recibir un tercer naipe.
Aparte del EZ, existe una modalidad denominada Baccarat Súper 6. Las reglas generales siguen siendo las mismas, simplemente se modifican los porcentajes que paga el casino cuando los participantes ganan. Tal como en el modo EZ, en esta versión tampoco existe la comisión del 5% cada vez que un jugador derrota a la banca con una apuesta en favor del crupier. Esto hace que en todas las jugadas, ya sea que se opte por el jugador o la banca, el pago sea 1:1.
Hay una variante más en el Súper 6 que está relacionada con una mano de la banca en particular. La regla indica que que cuando el representante del casino gana con una combinación que totaliza seis, el pago es de la mitad de la apuesta inicial (0.5 a 1). Existe una jugada que puede realizar cada jugador: se trata de un seguro sobre la posibilidad de que eso suceda. En caso ganar la apuesta de que salga un seis para la banca, recibe una ganancia de 12 a 1.
Mejores estrategias de Bacará
Si bien a simple vista puede asemejarse al Blackjack, hay una diferencia muy grande entre ambos juegos. La principal de ellas hace que en esencia sean completamente distintos: en el Baccarat el jugador no tiene ningún poder de decisión sobre el resultado final de una partida, ya que depende de una serie de condiciones preestablecidas.
Esto deja el desenlace de la partida completamente en manos del azar, característica que vuelve imposible una estrategia que realmente funcione como tal. Una jugada ocurre de la siguiente manera: un participante recibe dos cartas y el crupier hace lo propio. Si la combinación de ambas cartas resulta en ocho o nueve, eso se llama natural y la mano termina en favor de quien haya obtenido tal complemento de naipes.
Ahora bien, puede pasar que ambos logren ese acumulado. En ese caso gana el valor más alto, o es empate si el puntaje coincide. Sin embargo, es muy habitual que una partida tome un camino distinto al no llegarse a esa suma en la primera mano. Según qué puntuación tenga el representante del casino o el jugador en cuestión, habrá un proceder particular para cada caso.
Cualquiera de los dos podría recibir una tercera carta. Pero, eso no depende bajo ningún punto de vista de la decisión del jugador o del crupier. Se reparte un naipe adicional dependiendo de qué puntaje haya acumulado el participante y la banca toma otra según qué valor haya recibido el jugador. Todo esto ocurre respetando reglas predeterminadas, por lo que no hay nada que pueda cambiar el destino del juego.
Ésta quizás no sea una estrategia propiamente dicha, pero puede conseguir un mejor resultado para los jugadores, que es justamente el objetivo de una táctica. El consejo que debería servir es optar por las variantes en las que que la banca no cobra el 5% de comisión, para mejorar las ganancias.